Autor: Carlos Chica
Membre de la Comissió d’Aigua, Energia i Medi Ambient
Sin agua no hay vida posible… y sin energía no hay progreso de la humanidad. Son dos frases a tener en cuenta en cualquier análisis de recursos en Catalunya. Por eso, para que el progreso no perjudique a la vida, hay que dejar de utilizar energías fósiles que han facilitado un gran desarrollo y progreso para la humanidad, pero cuyos gases de efecto invernadero, GEI, han acarreado un calentamiento global que va modificando las condiciones de vida del planeta. La toma de conciencia de este hecho condujo al Acuerdo de París en 2015, por el que la inmensa mayoría de países se comprometieron a mantener el calentamiento global, a poder ser, por debajo de 1,5º con respecto a los niveles preindustriales. Hoy día, estamos en emergencia climática declarada y en plena transición energética hacia las energías renovables, fundamentalmente hidráulica, solar, eólica, geotérmica, olas y mareas, biomasa etc. que no producen GEI, idóneas para sustituir a las energías fósiles allí donde sea posible.
Pero ¿cuál es el desarrollo de las energías renovables en Catalunya? Es interesante recordar que Catalunya fue la pionera en el desarrollo de la energía hidroeléctrica para iniciar su desarrollo industrial en las riberas de los ríos Ter y Llobregat a principios del siglo pasado, o que los primeros aerogeneradores se instalaron en la comarca del Empordà dando inicio al desarrollo de la energía eólica en España…
Para calibrar el desarrollo de dichas energías hay que comparar el grado alcanzado con los objetivos que se han propuesto… sólo el análisis y la medición de ambas magnitudes pueden proporcionar respuestas y, lo que es más importante, enseñanzas de cara al futuro.
Situación actual de la generación de energía en Catalunya: planes estratégicos, objetivos y desafíos de futuro
La foto actual de la transición energética en generación de energía eléctrica en Catalunya refleja un parque productor de 3.742 MW instalados de energía renovable, y 8.260,32 MW de energía no renovable. A estas cifras hay que añadir la potencia solar instalada en autoconsumos (placas solares en los tejados) de aproximadamente 870 MW. Con este parque productor se hace frente a una demanda total eléctrica en 2023, de 44.545 GWh, cifra que no contempla el autoconsumo y la energía consumida en las centrales hidroeléctricas reversibles para regular el sistema eléctrico almacenando agua. Esta demanda de energía eléctrica ha sido cubierta, aproximadamente, por: generación nuclear 50%, importaciones eléctricas 14%, ciclos combinados de gas fósil 13%, cogeneración 8%, eólica 7%, hidroeléctrica 6%, solar fotovoltaica 1%, y residuos no renovables 1%. Resumiendo, aproximadamente la demanda en Catalunya se cubre con un 14% de recursos propios renovables y un 86% con recursos ajenos.
Son datos recogidos en el documento Progrés en la implantació. Les energíes renovables a Catalunya. Informe de situació 2023, juliol de 2024 y en su resumen ejecutivo, elaborado por el Observatori de les energies renovables de Catalunya, OBERCat, entidad en la que participa el Col·legi d’Enginyers de Camins, Canals i Ports, y donde se analiza con gran profusión de datos dicha implantación.
La planificación de la PROENCAT 2050 tiene como objetivos lograr la neutralidad climática del sistema energético catalán en 2050, con un modelo 100% renovable, desnuclearizado y descarbonizado.
Los objetivos para las energías renovables en España están recogidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC), de 2020 y su ambicioso borrador de actualización de 2023, pendiente de aprobación por la UE y, para Catalunya, figuran en la Prospectiva Energética de Catalunya 2050 (PROENCAT), elaborada por el ICAEN y aprobada por el gobierno de la Generalitat en junio de 2023.
Según la actualización del PNIEC, para 2030, se espera obtener un porcentaje del 81% de energía renovable en la generación eléctrica. A 2023, el porcentaje en Catalunya es del indicado 14%. La planificación de la PROENCAT 2050 tiene como objetivos lograr la neutralidad climática del sistema energético catalán en 2050, con un modelo 100% renovable, desnuclearizado y descarbonizado. Como objetivo intermedio, para el año 2030, plantea que el 50 % de la cobertura de la demanda eléctrica sea con renovables, y se hayan instalado 15.500 MW de potencia renovable (incremento de 12.000 MW eólicos y fotovoltaicos). Esta potencia hay que compararla con los 1.728 MW instalados actualmente y los 870 MW de autoconsumo, por lo que en 6 años hay que multiplicar el parque eólico y solar por 4,5 , cifra que resulta improbable de alcanzar si no se da un drástico golpe de timón, pues en el año 2023 se instalaron en Catalunya solamente 27 MW solares, 7 MW eólicos y 437 MW de autoconsumo.
Por otro lado, en la PROENCAT 2050 figura como objetivo el cierre del grupo nuclear de Ascó-1 en 2030, lo que supone un descenso de potencia de 1.000 MW y de una producción eléctrica anual de aproximadamente 7.500 MWh, cifra que supera a toda la producción renovable de Catalunya en 2023. Al ritmo actual de implantación de renovables es imposible sustituir esos 7.500 MWh nucleares por renovables, con lo que no quedará más remedio que importarlos de las regiones colindantes mediante líneas de alta tensión… y también habrá que recurrir a los ciclos combinados de gas fósil emisores de GEI. Ya este año, las importaciones de energía han tenido un gran incremento y son la segunda fuente de generación eléctrica, 14%, en el balance eléctrico de Catalunya, después de la nuclear con el 50%.
Necesidad de un cambio de tendencia
Ante este claro panorama de discordancia entre la realidad actual y alcanzar los objetivos oficiales propuestos por la administración en materia de energía eléctrica, es de esperar se produzca una política eléctrica fallida de no mediar un cambio drástico de tendencia, principalmente en las energías solar y eólica para salir del furgón de cola en la instalación de renovables. Sólo existen ciertos destellos de luz en el corto plazo en el autoconsumo y, focalizados al medio-largo plazo, en la tecnología del Biogás (fundamentalmente biometano) junto a la Biomasa, y la eólica marina offshore del Golf de Roses, a iniciar mediante la plataforma experimental de energía eólica marina (PLEMCAT).
No hay que desdeñar la importancia del desafío de las energías renovables en Catalunya, pues repercutirá negativamente en la oportunidad de su industrialización y progreso si no se aprovechan las ventajas de la generación renovable para satisfacer las demandas eléctricas futuras de las bombas de frío y calor, recarga de coches eléctricos, electrificación del transporte viario y del ferrocarril, hidrógeno verde, electrificación de puertos, centros de procesamiento de datos, fabricación de baterías, desalinizadoras y plantas regeneradoras etc. y también tendrá su impacto en el mercado laboral y creación de puestos de trabajo de alta cualificación.
Por todo lo anterior es de esperar una mayor coordinación entre administraciones ejerciendo un liderazgo y firme apoyo para el desarrollo de las energías renovables, la eliminación de trabas administrativas que son verdaderos embudos contra la transición energética (1.500 días de espera media de los proyectos de energía eólica entre su presentación y la autorización de construcción…), todo ello acompañado de una labor didáctica explicando a la ciudadanía que dicho desarrollo es un arma más para la lucha contra el cambio climático y abaratamiento de costes energéticos para toda la sociedad.
Igualmente, sería conveniente replantear y consensuar las distintas sensibilidades existentes en la sociedad y los agravios comparativos territoriales que han producido el denominado efecto NIMBY (not in my back yard), es decir, quiero todas las ventajas, pero ningún inconveniente… que alientan oposiciones municipales y vecinales que alargan o impiden la construcción de las infraestructuras necesarias…
Y volviendo a la frase del principio, la escasez de agua y energía lastran el desarrollo de un país, pues la existencia y producción de dichos recursos es condición necesaria para su progreso…